abril 15, 2011

Cotidianidad


Como las ganas de escribir de repente es la vida que sin freno pasa frente a nuestros ojos.
La belleza de lo simple, tus pasos al andar.
Varios registros que se unen por horas sin darnos cuenta.
Un libro abierto y un vaso vacío no es un mundo completamente aparte, es mi vida sobre el árbol.
La transpiración que brota de los poros como la esencia de nuestro esfuerzo. La quietud del cepillo.
El segundero del reloj es una bomba de tiempo y tu beso, sin palabras..
No existe el sonido, todo es silencio ensamblado.
Caminos diferentes pero en la misma dirección, siempre hay alguien que nos espera al final de este.
¿Que puede tener en común el alma y el cuerpo, el día y la noche, tu labios y los míos? 
Fueron creados para en algún momento encontrarse.

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