abril 10, 2011

Grito desenfrenado


Quisiera poder dormir en tu cama y soñar tus sueños, desvelarme con tus desvelos sin sentido, transitar tus senderos más íntimos y a pesar de todo imaginarte despierta.
Quería que tus sueños se confundieran con los míos creando una utopía y no dos caminos paralelos.
Que dijeras mi nombre mientras dormías y que en la mañana tu primer pensamiento fuera con el fin de idear la excusa para encontrarnos.
Que mi sonrisa fuera el condimento de la tuya, que tus lágrimas no opacaran la luz de tus ojos y que tu cabello rozara delicadamente mi piel.
Que tu olor me embriagara en esas gélidas noches de invierno y que el calor de tu voz permitiera que mis huesos no se debiliten

Que fuera yo el dueño de tus suspiros y tu la dueña de mi aire.
Que me convirtiera en un adicto empedernido a la dulzura de tus besos y a la ternura infantil de tus caricias.
Que al momento de abrazarte pudiera sentir como va subiendo la intensidad de tus latidos, llegando a confundirse con los míos, y que ese momento fuera eterno.
Que nuestras manos se unieran como las dos piezas restantes de un puzzle infinito y que bastara solo una mirada para expresarnos el amor, sin necesidad de mover nuestras bocas.
Quisiera que al contemplarte lograras empañar ese vidrio que ahora nos separa, pero es inútil pues solo mi llanto es el que lo termina por empañar. Lo vuelvo a limpiar, te miro y vuelvo a llorar.


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